Esta semana fue de evaluaciones. Los alumnos realizaron exámenes de sus coreografías y pasaron a disfrutar de horas de juego libre, donde debían elegir un deporte y jugarlo todos.
En segundo de bachillerato los alumnos eligieron un deporte que debían enseñar a sus compañeros durante toda la semana. Tocó el baloncesto para un grupo de alumnos que, tras una primera clase un tanto desastrosa en cuanto a organización y elección de las tareas, pude ayudar dando feedback para que terminaran la semana dando una clase estructurada, con un tiempo de implicación motor mayor y una fase de vuelta a la calma donde se hacía reflexionar en pequeño y gran grupo sobre la sesión y sus contenidos.
Terminé muy contento con esa intervención ya que la evolución del grupo a la hora de gestionar la clase fue muy clara, y terminaron agradeciéndome la ayuda. Estoy seguro que alguna de las cosas en que ayudé a estos alumnos no se les va a olvidar ya que les impactó bastante cómo funcionaron las estrategias que les sugerí.
El jueves tuvimos una clase diferente en que pudimos conocer un deporte poco común: el Jugger. Los integrantes del Club Ninjas Almoradí nos dieron una exhibición durante todo el día y nos enseñaron cómo se juega. Fue bastante divertido, aunque al principio los alumnos lo tomaron como un juego simple, sólo necesitaron coger las armas para disfrutar como niños.
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